Las reservas internacionales del Banco Central se ubicaron ayer muy cerca de los $ 35.000 millones, lo que constituye el peor registro de que Alberto Fernández asumió la presidencia de la Nación, en diciembre de 2019. De acuerdo con el informe provisorio, que diariamente difunde el BCRA, las reservas brutas terminaron la jornada en U$S 35.078 millones, luego de que la entidad presidida por Miguel Pesce debió vender US$ 133 millones, en parte para pagar compras de energía. Para comparar un monto más bajo que el observado este martes hay que remontarse a seis años y medio atrás, hasta el 11 de octubre de 2016, cuando se acumularon U$S 32.457 millones.
Las reservas netas, el verdadero respaldo de la autoridad monetaria, están casi en cero, si no se tiene en cuenta el oro, de acuerdo con estimaciones de especialistas. Algunas consultoras habían estimado que, hasta la semana pasada, rozaban los U$S 600 millones. De allí la preocupación del ministro de Economía, Sergio Massa, por buscar herramientas que contribuyan a retener más que a acumular reservas, ya que el “dólar agro”, que ofrece $ 300 por divisa estadounidense a los productores, no está dando los resultados esperados por el Palacio Hacienda.
La escasez en la oferta neta de divisas eleva la probabilidad de un salto cambiario discreto, siendo este el principal “talón de Aquiles” del esquema diseñado por el titular de Economía.
A la espera de mayores liquidaciones en el “dólar agro”, y de una acumulación de divisas, es que se siguen sumando medidas para mitigar las tensiones cambiarias dado que las reservas netas continúan en descenso hasta niveles críticos, señala el economista Gustavo Ber. Mientras tanto, los dólares financieros extienden la mayor calma de las últimas ruedas, en medio de renovadas miradas hacia el Senebi -y el libre - tras las normativas ya que se podría ir armando la “brecha de la brecha” bajo el proceso de dolarización aún vigente por las elecciones y el clima de incertidumbre, remarca el analista.
La expectativa de ayer en el mercado financiero también se concentró en la reacción de los dólares financieros en el primer día de vigencia de las nuevas regulaciones del BCRA.
El “contado con liqui” y el MEP cayeron a $ 430 y $ 425, respectivamente. Sin embargo, en el Senebi (Segmento de Negociación Bilateral) entre particulares en ByMA (Bolsas y Mercados Argentinos), sin intervención del Gobierno, el “liqui” llegó pactarse a $ 456. En esta ronda bajaron las cotizaciones de los dólares financieros por la implementación de las nuevas medidas para la operatoria del MEP y el Contado Con Liquidación (CCL), que disponen que los operadores deberán depositar el dinero en efectivo para operar en esos mercados y ya no se podrán utilizar papeles y garantías para acceder a esos mercados.
En el mercado informal, el dólar “blue” subió $ 74 en abril luego de rozar los $ 500 en forma intradiaria, y retrocedió en forma abrupta hasta terminar el mes a $ 469 por las intervenciones oficiales en el mercado financiero del dólar y porque el Central subió la tasa de interés de referencia la semana pasada en 1.000 puntos básicos.
El lunes, primer día hábil de mayo -luego del feriado por el Día del Trabajador-, el dólar paralelo subió $ 5 y cerró la ronda a $ 474 para la venta, luego de escalar hasta los $ 479 cuando se abrió la jornada. De esta manera, la brecha con el oficial alcanzó el 111,1%. La escalada de los tipos de cambio financieros en abril incentivó a que desde el Gobierno comenzaran a utilizar todas las herramientas disponibles para controlar la situación. La Comisión Nacional de Valores (CNV) arrancó la semana endureciendo las normas para evitar la fuga de divisas a través de la Bolsa limitando la capacidad de los operadores para comprar dólares MEP y Contado con Liquidación (CCL).
En las otras variables cambiarias, el dólar Qatar -que incluye un 30% del impuesto PAÍS, un 45% deducible del Impuesto a las Ganancias y de Bienes Personales, y una nueva percepción del 25% a cuenta de Bienes Personales- aumentó $ 4,92 y cerró a $464,18. Este tipo de cambio se aplica a los consumos en el exterior con tarjetas de débito y de crédito superiores a los U$S 300 mensuales por persona.
En tanto, el dólar ahorro o dólar solidario -que incluye el 30% del impuesto PAÍS y el 35% deducible del Impuesto a las Ganancias y de Bienes Personales- subió $ 4,06 y cerró a $ 382,95.
En tanto, el dólar mayorista, que regula directamente el Banco Central, subió $ 1,97 (0,9%) hasta los $ 224,65.
El dólar turista o tarjeta -minorista más un 30% del Impuesto PAÍS, y una percepción del 45% deducible del Impuesto a las Ganancias y de Bienes Personales para consumos con tarjetas en el exterior de hasta U$S 300 por mes- subió $ 3,59 y terminó cotizando a $ 405,44.
La volatilidad financiera de las últimas semanas tendría costos inmediatos sobre la inflación de abril y de los próximos meses. Las consultoras privadas recalcularon estimaciones para este mes que termina, y esperan que el IPC se encarezca entre 7,5% y 8%.
Bajar de la cota del 7% en el corto plazo ya luce una hazaña, no solo por los aumentos programados (transporte, energía, colegios, combustibles, alquileres, etc.) sino también por la aceleración del crawling peg (el dólar oficial ya no es un ancla, más bien una turbina nominal) y por el traslado a precios de la suba del tipo de cambio financiero, especialmente en rubros con productos importados, advierte un reporte elaborado por GMA Capital.